Imposible atravesar la vida ...sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin equivocarse en un negocio.
Ese es el costo de vivir. Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino, cómo se reacciona. Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Uno crece...
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo de vivirla. Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
Crece cuando supera, se valora y sabe dar frutos.Uno crece cuando abre camino dejando huellas, asimila experiencias...¡Y siembra raíces!
Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor.
Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento...¡Y humano por nacimiento!
Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.
Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores...¡Y de encenderse con residuos de amor!
Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe.
Uno crece cuando se planta para no retroceder...cuando se defiende como águila para no dejar de volar...cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.
Entonces... Uno Crece
Es una bonita reflexión… de la cual desconozco su autor
sábado, 14 de junio de 2008
viernes, 6 de junio de 2008
125. La Ternura

sino la suavidad de una caricia.
No es ternura el oleaje que se desborda...
sino el beso del cielo con el mar.
No es ternura la montaña que nos sobrecoge...
sino la macetita de violeta perfumando en la ventana.
No es ternura lo grandioso...
sino la delicadeza, la insignificancia, el detalle.
No es ternura lo que se da...
sino lo que se refleja y se deja traslucir.
No es ternura el sol que calcina...
sino la luna que embruja...
El fuego que abraza... sino el leño que se consume.
No es ternura lo que sobresale y resalta...
sino el escondite... el beso... la insinuación.. .
la luz y la rosa.
La ternura es eso que...
vitaliza al viejo...
duerme al niño...
¡y desarma al hombre!
Autor: Zenaida Bacardí
Etiquetas:
reflexiones,
sentimientos
domingo, 1 de junio de 2008
124. Yo temía...

Temía estar solo hasta que...
...aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar hasta que…
...me di cuenta que, únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que...
...me di cuenta que, de todos modos opinarían de mi.
...aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar hasta que…
...me di cuenta que, únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que...
...me di cuenta que, de todos modos opinarían de mi.
Temía que me rechazaran, hasta que...
...entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que...
...aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que...
...descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que...
...aprendí que no es el final sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que...
...me di cuenta que no es otra cosa más que “IGNORANCIA”
Temía al ridículo, hasta que...
...aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que...
...comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que...
...comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que...
...vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que...
...vi que aún la mariposa más hermosa,
...entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que...
...aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que...
...descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que...
...aprendí que no es el final sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que...
...me di cuenta que no es otra cosa más que “IGNORANCIA”
Temía al ridículo, hasta que...
...aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que...
...comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que...
...comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que...
...vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que...
...vi que aún la mariposa más hermosa,
necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas en cada día tengan más vida,
y si nos sentimos desfallecer...
..... no olvidemos que al final...
siempre hay algo más...
Vive tu vida sin temor
No temas que al final siempre está Dios, que te ama.
Que Dios te bendiga
Autor desconocido
Etiquetas:
crecimiento personal,
reflexiones
Suscribirse a:
Entradas (Atom)