martes, 9 de junio de 2020

368. La gente que me gusta


Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada. Me gusta la gente que, con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó́ o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. Me gusta la gente que tiene personalidad.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como esa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
Mario Benedetti.

miércoles, 3 de junio de 2020

367. A veces es tan difícil ser feliz...


Hoy muy contenta y feliz abrí la ventana de mi cuarto para ver este hermoso día tan lleno de brillo que me había regalado Dios.

De pronto me quedé observando un gigantesco árbol que parecía me abrigaba con sus frondosas ramas.

A mi mente ocurrió como una especie de magia...pues mirando aquel árbol, sentí que sus ramas se extendían, me abrazaban y me elevaba con él...hacia el infinito.

¿A dónde me llevas? pregunté.... inmediatamente escuché una voz que como melodía me decía no tengas miedo, vamos en busca de algo tan importante para vivir que se llama Paz.

Inmediatamente mi corazón empezó a latir fuertemente, y no sé si por miedo...o de saber que en algún lugar del planeta pudiera existir eso tan maravilloso tan ansiado por todos...para vivir.

Yo le decía...  ¿cómo, será posible poderla alcanzar?... El me respondió...todo es posible si las cosas las hacemos con amor, sin mezquindad.

Llegada la noche...y después de tanto viajar... mi amigo el árbol... seguía insistiendo más sin embargo yo ya estaba desilusionada de buscar.... y sin poder obtener ese maravilloso regalo.

De pronto exclamó...tengo una idea, ven acompáñame vamos a limpiar los corazones de la gente...

Vamos a sembrarles esta pequeña semillita que me han regalado los ángeles que habitan en la tienda del cielo que se llama Amor...

Y así veremos crecer en cada uno de los habitantes de este planeta lo que tanto anhelamos...el "AMOR". Así veras que tendremos un mundo,
donde todos los niños puedan crecer con seguridad, con libertad con amor...Y así lo hicimos... Era una tarea difícil, pero bonita tratar de sembrar Paz en el mundo. 

Cuando desperté...tan sólo era un sueño...era no más que el reflejo de lo que anhelo y ansío. Y desperté con mi corazón lleno de grietas...con mis ojos húmedos de donde me brotaban lágrimas de cristal... Hoy tan solo quisiera dejar de soñar y ver un amanecer, donde la razón prive sobre la ira, que los gobernantes del mundo tengan la suficiente inteligencia para no responder a la violencia con más muerte y destrucción...

Hoy solo quiero vivir en un mundo colmado de felicidad...de paz. ¿Será posible...?

Autor desconocido