Dejé de insistir donde no había lo que buscaba.
Dejé de pedir en manos cerradasDejé de esperar en sillas ocupadas.
Dejé de intentar en un cuerpo ajeno.
Dejé de pretender que el otro entendiera.
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no quería latir al lado mío.
Y entonces, Magia.
Volví a mí, como único destino posible.
Volví a mí, como único camino disponible.
Volví a mí, como el único reencuentro pendiente.
Volví a mí y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua.
Y me recibí. Me acaricié. Me perdoné.
Me recosté sobre mi hombro.
Me nombré con mi propia voz.
Y me encontré. Distinta pero intacta.
Me tuve otra vez. Me tengo otra vez.
Y entonces, Magia.
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir.
Acá, adentro. Afuera están las cerraduras.
Pero yo decido dónde y de mi depende cómo.
Yo decido dónde. Yo elijo cómo…
Alejandro Jodorowsky
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