miércoles, 17 de octubre de 2007

38. Prométete a ti mismo

Ser tan fuerte, que nada pueda turbar la paz de tu mente.
Hablar siempre de cosas sanas, alegres y prósperas que puedan ayudar a los demás.
Dar a tus amigos la sensación de que valen algo.
Mirar en toda ocasión el lado bueno y bello de las cosas y convertir este optimismo en realidad.
Pensar siempre en cosas buenas y perfectas, obrar en consecuencia de ellas y esperar confiado el mejor fruto.
Tratar de sentir el más vivo entusiasmo por el éxito de los demás como si fuera propio.
Olvidar los errores del pasado y prepararte para mayores conquistas en el futuro.
Mantener un temperamento alegre y brindar en todo momento una sonrisa a las personas que trates.
Dedicar tanto tiempo en mejorarte que jamás te quede lugar a criticar a los demás.
Ser demasiado grande para preocuparte, demasiado noble para sentir cólera, demasiado fuerte para sentir temor y demasiado feliz para sentir contrariedad.
Formar un elevado concepto de ti mismo y proclamarlo doquiera, no con palabras sino con hechos.
Tener el firme convencimiento de que el mundo está de tu parte mientras te mantengas fiel a lo mejor que hay en ti.
Pensar cuidadosamente antes de hablar para que cuanto digas sea siempre verdadero y útil. Si no tienes tales cualidades, mejor callar.
Teresa (Septiembre 1939)

No hay comentarios: